Mauritania en 4×4
De Chinguitti a Noadibou por el Banc d’Arguin. Parte II
Abril 2023
Para entender un poco esta crónica podéis ver este video y, si os apetece, ponerle «me gusta», alguna sugerencia y comentar que os a parecido.
Unas cosillas generales de Mauritania
Una de ellas la paciencia necesaria para pasar la frontera marroquí y luego la mauritana aunque a veces puede sorprender positivamente, en este caso 2 horas para la marroquí y en 1 hora habíamos pasado la mauritana. Eso si, hablando ya del lado de la RIM (República Islámica de Mauritania) depende un poco de si alguien os presta el servicio de ayuda. En este caso se preocupa de llevaros a los diferentes edificios donde se hacen los visados (a fecha de hoy 55 € por persona, recuerdo de haberlo pagado a 120 € creo en el 2017), la importación del vehículo y el seguro obligatorio que debemos contratar para los días correspondientes al viaje, servicios,…. En una hora estábamos en carretera compensando el gran atasco que se formó en la marroquí aquel día.
Mauritania es un país profundamente islámico por lo que muchos de los hoteles y lugares no admiten el consumo de alcohol (ni llevándolo nosotros mismos) y que, sin lugar a dudas, debemos respetar. En los días del viaje coincidimos con el Ramadán, eso dificultó en ambos países, salvo lugares muy turísticos de Marruecos perdernos alguna que otra visita a los restaurantes. De tarde/noche si solían abrir aunque facilitan la cena primero a los creyentes y luego os facilitaran las mesas para poder comer vosotros.
El cambio de moneda puede hacerse en la frontera (donde encontrareis cambistas por doquier, cuidadín) o en algún banco o en algún hotel. En este momento rondaba por el 1 € = 37 ouguiya. Cada vez menos, y poco preocupante, pero hay que prestar atención al tema del antiguo ouguiya (MRO) y al nuevo ouguiya (MRU) en que hay un valor de x10 de diferencia en su valor y a veces lo utilizan los más desalmados para confundir en los precios.
Según la ruta que hagáis y del vehículo habéis de calcular un poco el combustible aunque, por lo general, no hay problema en encontrar “surtidores” en las grandes vías y ciudades. Su precio es similar aunque si repostáis en la última gasolinera marroquí en la frontera antes de entrar en Mauritania quizás podáis ahorrar un poco. Rondaba el gasoil en abril del 2023 sobre el 1,44 €/l (alrededor de 50-52 MRU/l).
DE CHINGUITTI AL VALLE BLANCO POR MHAIRETH
Tal como os comentábamos en la parte I de este viaje un cielo amenazador venía de frente cuando justo nos direccionábamos hacia Ouadane por la pista del río de arena. Es un recorrido que me tiene realmente enamorado. Divertido de conducción por el interior arenoso del oued y sorteando, a veces, pequeñas dunitas en que grandes acacias van salpicando, aquí y allá, durante parte del recorrido. Este paraje se va repitiendo si decidís llegar hasta Richad, el ojo del Sahara, aunque de por sí, su vista terrestre no tiene el impacto aéreo ni mucho menos. Justo a la entrada del ojo del Sahara, de manera incomprensible debido a la lejanía del lugar, encontraréis algunas chicas y mujeres con sus mercancías expuestas en la arena, principalmente piedras y artesanía. Resumiendo, me supo mal no poder enseñar esta pista a mis amigos Pepe y Marina y a mi mujer, pero no era necesario correr el riesgo, que más tarde, comprobamos, en forma de lluvia.
Tomada la decisión, nos daba lugar a investigar un poco. Volviendo por la misma ruta de llegada y un poco antes de llegar al paso de Nouatil giramos a derecha para vez el anunciado sitio rupestre a un par de kilómetros de la pista principal. El Site Rupestre d’Agrour es un pequeño asentamiento con algunas pinturas muy bien conservadas y vigiladas por un local parco en palabras pero muy atento. Más allá, un kilometro más al Norte por la misma pista un mirador te asoma a un gran cañón de ruda belleza. Pagamos 160 UM por 2 personas creo recordar.
Otra vez en la pista principal, dirección a Atar y justo antes del control al paso de Nouatil giramos a la izquierda que, supuestamente nos llevará hasta Mhaireth y entraríamos en el Valle Blanco por el Sur. Lo que temíamos sería una pista llena del infernal touleé onduleé y piedras resultó ser ancha y sin ninguno de los “accesorios” previstos. En perfecto estado y señalizada!!!. Un bonito y agreste paisaje finaliza con, de golpe y porrazo, con una vista increíble, antes de bajar al río del pueblo de Mhaireth.
Chozas y palmeras mezcladas con algunas casas de adobe nos hacen exclamar el típico “ohhhhhh”, mirando como tontos desde lo alto, el pesebre que se nos ofrecía (evidentemente las fotos no hacen justicia). Que hay una antena al otro lado, sí…pero que le vamos a hacer, todos queremos llamar por teléfono. Solo cruzar el río una joven nos ofrece pan, recién horneado, el típico circular pero un poco más pequeño de lo normal, seguramente uno de los mejores panes que he comido por estos lares. Paré de comer…me iba a hacer daño.
Con las pupilas como platos y felices de donde habíamos aterrizado nos disponemos a buscar el camping que nos consta en cartografía. ¿Camping? Bueno…Mohammed es un hombre amable, tremendamente contento de que nos hayamos presentado y nos enseña sus instalaciones poco visitadas durante mucho tiempo debido a la pandemia. Un poco destartalado, servicios muy rústicos y con 4 chozas de palmera vacías a modo de bungalows por lo que pagamos 400 UM por coche y 2 personas. En resumen, disponíamos de un patio (quizás cabían 2 coches más), de un cobertizo, de la compañía del anfitrión que nos ofreció un té exquisito y… la lluvia que llegó, aunque por poco tiempo. No necesitábamos nada más.
Una vez efectuado el “check-in” del camping y, como aún queda un poco de luz, nos damos una vuelta por el pueblo en coche hasta subir hasta la gran antena (carretera a Tergit), al otro lado del río, donde también hay unas vistas preciosas. Cena, gin tónic (para la malaria) y a dormir.
A la mañana siguiente llevábamos en la cabeza buscar una “guelta” que debería haber por los alrededores, una acumulación de agua entre las rocas a modo de laguna, y cruzar los dedos para que tuviera agua. Mohammed nos indicó que la teníamos siguiendo la misma pista del camping, saliendo del pueblo a un par de kilómetros. El arenoso recorrido entre palmeras, a ratos un poco tapado, te lleva hasta el lecho del rio justo cuando acaba una gran duna que se apoya en la roca de la montaña. No veíamos nada aunque Mohammed nos había dicho que tenia agua. Justo cuando nos íbamos vemos unos patos salir de detrás de una maleza y un sendero. Paramos el coche y andamos por el sendero 5 minutos. El paraje que se nos presenta es el de un vergel. La laguna flanqueada por piedras planas erosionadas por el río nos deja sin palabra, el conjunto es sobrecogedor. No me extenderé más….os pongo unas fotos…
Nuestro próximo destino, Tergit, un oasis entre las rocas y palmeras a no más de media hora de Mhaireth. Cruzáis el pueblo (pequeño) dirección al cañón hasta llegar a un parking con una diminuta tienda cobertizo donde os cobrarán la entrada (200 UM por persona). Hicimos el paseo, unos 15 minutos, hasta una poza rectangular artificial en la que fluía poco agua. Bonito si pasáis por allí.
Era momento de dirigirnos hacia el Sur por asfalto para entrar en el Valle Blanco. La pista y la entrada al gran valle de arena es pasado el pueblo de Aoujeft. Deshinchamos neumáticos. Las montañas negruzcas junto con la fina arena dan lugar a una divertida y amena conducción. El paisaje, todo y siendo mediodía con el sol justo en nuestras cabezas, es bonito y más llegando a un par de asentamientos con un tipismo encantador con chozas, animales domésticos campando y la colada en cualquier lugar que facilite su rápido secado.
Apetece atravesar estos parajes y pueblos a marcha lenta, con el brazo por fuera de la ventanilla y dejando que entre todo por los ojos e inmediatamente se asiente una placidez extraordinaria en tus pensamientos. El bonito paso de Tifoujar, al Oeste, quedaba de fuerte subida de blanda arena y decidimos no intentar subirlo, complicaciones, las justas. Nos quedábamos sin ver la meseta que lleva a Azoueiga y Meddah. La próxima vez. Los últimos 8 ó 10 km. son bastante pedregosos hasta llegar al asfalto. Pasado Akjout y, a un centímetro de distancia entre el sol y el horizonte (precisión absoluta de los timings), acampamos en medio de una hamada.
RUMBO AL PARQUE NACIONAL DEL BANC D’ARGUIN
La ruta, más o menos recta (como veis en el mapa hace un escalón) no la teníamos nada clara, pero no queríamos pasar por la capital Nouakchott. No había encontrado información o muy vaga sobre ella. Queríamos ir de Akjout a Namghar, pueblo pesquero al Sur del Parque Nacional del Banc d’Arguin. Empezamos por una pista rápida que luego se convierte en una hamada preciosa e infinita en que las hierbas de camello doradas van pintando la arena naranja del suelo. Me recuerda a mi Namibia querida (demasiado concentrado en la conducción no hay imágenes pero si lo veréis en el video). Un placer para la vista, sencillamente espectacular (bueno, ya sabéis, todo es subjetivo). Hasta Bennichchab. A partir de aquí pasamos a asfalto que atraviesa dunas que, de vez en cuando, tapan la carretera. El contraste del gris oscuro del alquitrán con el naranja de las dunas nos vuelve a regalar un recorrido precioso hasta que se convierte en pista en construcción para finalizar el asfalto hasta la RN 2 que va desde Noadibou a Nouakchott y ya, hacia el Sur, coger la entrada a Banc d’Arguin.
El océano Atlántico, poderoso e indomable deja descansar en sus playas las barcazas de los pescadores de Namghar. Nos dirigimos a la oficina del Parque famosa por su esqueleto de ballena en la entrada y, por sorpresa, nos dice que ya no se paga la entrada allí, si no en Iwik, otro asentamiento más al Norte y donde hay un campsite. Ningún problema, nos viene de paso y pensábamos hacer noche allí.
Hamadas, algunas arenosas, numerosos chott (lagos salados), un océano agreste de largas mareas con algún pequeño asentamiento de pescadores y algún cabo rocoso hace las delicias del viaje casi siempre muy cerca del mar. Justo antes de Iwik, en Tessot, les compramos pescado recién sacado de la barca a unos pescadores. No nos querían cobrar nada y llegamos al pacto de intercambiarlo por algunas ropas. Gente especialmente amable y humilde que nos agradecieron infinitamente al “negocio” acordado. Por cierto, allí mismo hay unos bungalows de madera prácticamente acabados de construir, pero se veían como no utilizados aún y la arena los iba rodeando. Comimos en una de sus terrazas resguardados del viento y el sol.
Llegamos a Iwik y compramos las entradas pendientes al Parque (200 UM por persona). Preguntamos por el camping, unos 500 metros a las afueras, el encargado debe estar allí pero como es Ramadán deberemos ir a buscarlo a la “tienda” del pueblo (pequeño cubículo con algunas legumbres, algún tomate y refrescos), mayormente construido con placas onduladas, lonas y diversos materiales de construcción que trae el océano por donde paseaban multitud de animales domésticos. Todo y la ayuda del encargado de la tienda el responsable del camping no apareció. Solución vamos hacia allí, abrimos las verjas y entramos. No es propiamente un camping. Deben haber unos 20 bungalows con una cama y baño cada uno. No había nadie pero había uno abierto lo cual aprovechamos para ducharnos. Un edificio anexo hacia de comedor, con una barra, sillas, mesas y una gran cocina con absolutamente todos los enseres para cocinar. Eso sí, con un toque de dejadez. Después de varios días de viento y con pescado fresco…nos venía “niquelao”. Manos a la obra para la cena y…¿Qué se oye? Parecía un maullido, buscamos, buscamos y encontramos un gatito con un apetito voraz el cual añadimos a la cena (como comensal). Las fotos las podéis ver en la galeria
Lo admito, estoy enamorado del Banc d’Arguin y, excepto en un tramo que me equivoqué en la trazada y nos llevo por una hamada interminable de hierba de camello cabronceta y nos hizo perder casi una hora, los paisajes extensos, la planitud de los chotts (recordad, lagos salados más o menos secos) y, a veces, una neblina fantasmagórica, el Cap Tafarit y sus vistas, todo ello, me invade de tranquilidad y de conciencia de mi pequeñez ante la magnitud del paisaje.
En Cap Tafarit, justo antes de llegar al campamento de Arkeiss viniendo por el Sur sale una pista a la izquierda que sube hasta arriba con unas vistas espectaculares. Los últimos metros hay un escaloncillo que hará que si vais con un vehículo bajo será un poquillo delicado, pero nada que no se pueda solventar con un poco de pericia. El campamento dispone de unas haimas que normalmente alquilan a los aficionados a la pesca (entre ellos algunos españoles tal como me comentaba un paisano en anteriores viajes) y, a veces, si está alguien encargado puedes comer o te dejan el comedor para hacerlo con tu comida.
Un apunte. En los chotts. Guardaos la “valentía” para otro día y seguid las trazadas. Ya veréis como algunos “valientes” lo han intentado (se ven trazadas que se escapan) y han tenido que volver a las trazadas principales ante el peligro de quedarse enganchados en el barro. Digo yo que “pake ir…”. Personalmente tengo la valentía aletargada por no decir encapsulada. Eso si, ¡¡¡Nunca retrocedo!!! …doy media vuelta y avanzo. ¿Estaré madurando? Definitivamente mi mujer dice que no.
Seguimos 4-5 km al lado de la playa hasta el Cap Tagharit que también tiene algunas haimas un poco abandonadas. Paseamos, disfrutamos de las vistas marítimas y, dirección Este cruzamos el Parque Nacional hasta encontrarnos con el asfalto de la RN2 que nos llevará hasta Noadibou otra vez.
EN NOADIBOU AGAIN
Ahora nos alojamos en el Delphin Hotel, www.delphin-hotel.com, un poco más abajo del restaurante Gallufa en el mismo Boulevard Maritime. Confortable y limpio con buenos servicios (alcohol prohibido, como en la mayoría). Gestionado por Antonio Cardenas, un canario que os ayudará a encontrar restaurantes interesantes y os comentará como poder entrar en el puerto pesquero de Noadibou (relativamente cerca del hotel) lo cual es muy aconsejable todo y que nosotros no pudimos ir. No encuentro su precio exacto, alrededor de 90 € habitación doble. Dimos un paseo por el centro, por la avenida Noadibou y calles de alrededores del Consulado de España donde ya se empezaba a disfrutar de vida callejera, ya pasado el Ramadán diario, y podréis abasteceros. ¿La cena? Nos aconsejaron el Centre de Pêche que está a unos 15 minutos del centro y con habitaciones orientadas para los pescadores y decorado de antiguas fotos de grandes peces capturados por las inmediaciones. Estaba casi cerrado pero nos dieron de cenar y no fue lo que esperábamos, quizás por la época del Ramadan.
Bien, este fue nuestro viaje por el Norte de Mauritania. Un viaje tranquilo, con buenos amigos y disfrutando de los lugares por donde pasábamos.
Todas las fotos de este viaje a Mauritania las podéis ver si pincháis en fotos de Mauritania
Si tenéis preguntas, por aquí ando pero tened paciencia.
FAQs frecuentes
- Si, hizo bastante calor
- Como siempre, regateo respetuoso.
- Comprad el mapa de la zona de Atar. Os lo venderán, normalmente, en Atar o Chinguitti. Fotocopias en color de una cartografía hecha a mano. Sobre los 300 UM (inicialmente unos 600) …así echamos una mano. MAPA ADRAR
- El viaje más ventoso que he hecho en mi p… vida (puñetera).
- En el Banc d’Arguin N.P. excepto la llegada a Namghar todo son pistas, hamadas de arena y chotts. No hay combustible, pero podéis comprar pescado a los pescadores.
- Fueron un total de 8 días con 7 noches
- Volveré